En un tiempo mejor, aquí vivía
el ángel tutelar de mis amores.
A la oración, en estos corredores,
ella, mis versos, repetir solía.
Este era su jardín. Aquí venía,
al despuntar el alba, a coger flores.
¡Bajo este limonero, hoy sin verdores,
nos despedimos para siempre, un día!
Han pasado los años. A su huerto,
ya nadie viene al despuntar la aurora…
¡Desde que ella se fue quedó desierto!;
Un cementerio es su jardín ahora,
y aquí, en las sombras, cuando el día ha muerto,
el alma mía por su ausencia llora…
Autores: Federico Barreto / Alberto Condemarín Vásquez
Referencias:
1. García Alva, Jose F. y Mazzini Otero, Eduardo. Áspides de las rosas nacardas. Textos basales del cancionero criollo – Lima, Petróleos del Perú, 2013, pp. 209
Notas:
1. La letra es un soneto de Federico Barreto, musicalizado por Alberto Condemarin