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Soñé tenerte entre mis brazos, mujer querida
desde que vì tu rostro angelical,
por ser de tí, diera la vida, mi dulce bien
o por conocer el morir, sueño fatal.

Por vez primera, Hortensia querida, te juro
que tú eres la dueña de mi corazón;
y para que veas que a tí sola, me entrego
jurando que te quiero y te adoro con ciega pasión.

Tú recordarás
Hortensia querida, que yo te seguí
una noche que el reflejo
de la luna nos guiaba;
e inclinándome a tus plantas te pedí
que escucharas las tristes palabras
de este trovador.

Autor: Carlos Alberto Saco
Fuente: Huambachano Temoche, Luciano. (Lima – Perú, 2004). RECOPILACIÓN DE VALSES, POLCAS, PASILLOS, CANCIONES, MARINERAS, FUGAS Y RESBALOSAS, p89.